Cada año se lanzan al mercado más de medio millón de nuevos productos en el conjunto de la Unión Europea, aunque la gran mayoría de ellos no llegará a cumplir el tercer año de vida Y, evidentemente, todos estos productos necesitan un nombre de marca que los diferencie de los competidores. Dado que sobre este elemento se asienta toda la identidad verbal, ninguna empresa puede permitirse el lujo de cometer un error en el decisivo momento de seleccionar el mejor nombre de marca para un nuevo producto o servicio.
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