Cuando una compañía decide ampliar su gama de productos, ya sea para cubrir un nuevo nicho del mercado, ampliar la identidad de la marca garantía o para dar una mayor claridad a su oferta, es de capital importancia crear submarcas que identifiquen a cada nueva extensión de línea y que convivan armónicamente con el resto de marcas del portafolio. Para ello, hay que analizar los códigos de la categoría, los rasgos comunes semánticos y morfológicos que caracterizan a dichos nombres en uso y establecer unos condicionantes que orienten la creación de las nuevas submarcas para una óptima convivencia.
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